Ya que nadie enseña bien lo que
no sabe. Para poder generar experiencias de aprendizaje es necesario que tengamos un buen dominio de las habilidades lingüísticas.
Entre los niveles de lectura están:
Lectura de nivel literal: consiste en obtener la información
dada explícitamente en el texto.
Lectura de nivel inferencial: consiste en establecer relaciones
entre lo que se está leyendo para suponer o inferir datos que no se dan
directamente en el texto. Las inferencias pueden provenir de las suposiciones
del lector o de las relaciones entre los datos que se dan directamente en el
texto. Se considera que la lectura inferencial es una lectura entre líneas.
Lectura de nivel analógico-crítico: consiste en relacionar lo que se
decodifica directamente en el texto o lo que se infiere, con otra información
extraída de otro texto o tomada de la realidad o de algún otro contexto del
pasado, presente o futuro. La lectura analógica permite comparar la información
y extender el conocimiento más allá de lo dado en el texto.
Modelos
de actividades para el desarrollo de los diferentes niveles de comprensión de
lectura en forma integrada con las otras habilidades lingüísticas
- En el siguiente ejercicio de lectura, tomado de la serie Lecturas para la paz del Ministerio de Educación de Guatemala, cuarto grado, observe cómo se va trabajando la lectura interactiva a través de preguntas y reflexiones guiadas por el docente.
Érase una nieta que tenía una linda abuela. La
nieta se llamaba Marta y la abuela, Tina. La abuela Tina, quería mucho a Marta
y siempre la cuidaba. Pero, a veces, Marta era muy desobediente.
Un día, Marta quería ir al bosque y subió por
el camino de la colina.
–Abajo, Marta, abajo. Que está el coyote en el
atajo –le decía su querida abuela Tina.
–A casa no he de volver, porque allí no puedo
correr –constestó la niña.
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–Si no haces caso, Marta, te sucederá lo de la
cabra atrevida –dijo la abuela Tina–. La cabra vivía en una granja. Un día fue
a la montaña sin permiso –empezó a contar la abuela–, cuando estaba en la peña
más alta, apareció un enorme coyote y le dijo a la cabra: “Cabra, cabrita, baja
al llano llanito para platicar un poquito…”
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Y la abuela siguió contando la historia de la
cabra:
–
“¡No bajaré!”, contestó la cabra.
“¡Que me vienes a comer!” “Yo no me comeré a la cabra cabrita en el mes de
junio, que es tan bonito”,respondió el coyote.