martes, 19 de febrero de 2013

La lectura y la escritura son aspectos muy importantes en el aprendizaje de los estudiantes, lo que al aplicarlo en el aula se adquieren  experiencias de aprendizaje que les permitan desarrollar las competencias relacionadas con el curso. Estas competencias se centran en las habilidades lingüísticas: hablar, escuchar, leer y escribir, a las cuales se debe agregar, pensar.
 Ya que nadie enseña bien lo que no sabe. Para poder generar experiencias de aprendizaje es necesario que  tengamos  un buen dominio de las habilidades lingüísticas.
Entre los niveles de lectura están:
Lectura de nivel literal: consiste en obtener la información dada explícitamente en el texto.

Lectura de nivel inferencial: consiste en establecer relaciones entre lo que se está leyendo para suponer o inferir datos que no se dan directamente en el texto. Las inferencias pueden provenir de las suposiciones del lector o de las relaciones entre los datos que se dan directamente en el texto. Se considera que la lectura inferencial es una lectura entre líneas.

Lectura de nivel analógico-crítico: consiste en relacionar lo que se decodifica directamente en el texto o lo que se infiere, con otra información extraída de otro texto o tomada de la realidad o de algún otro contexto del pasado, presente o futuro. La lectura analógica permite comparar la información y extender el conocimiento más allá de lo dado en el texto.

Modelos de actividades para el desarrollo de los diferentes niveles de comprensión de lectura en forma integrada con las otras habilidades lingüísticas

  1. En el siguiente ejercicio de lectura, tomado de la serie Lecturas para la paz del Ministerio de Educación de Guatemala, cuarto grado, observe cómo se va trabajando la lectura interactiva a través de preguntas y reflexiones guiadas por el docente.
 Marta y la cabra

Érase una nieta que tenía una linda abuela. La nieta se llamaba Marta y la abuela, Tina. La abuela Tina, quería mucho a Marta y siempre la cuidaba. Pero, a veces, Marta era muy desobediente. 
Un día, Marta quería ir al bosque y subió por el camino de la colina. 
–Abajo, Marta, abajo. Que está el coyote en el atajo –le decía su querida abuela Tina.
–A casa no he de volver, porque allí no puedo correr –constestó la niña.

¿Has visto alguna vez un coyote?
¿Qué características tiene?
¿En dónde vive?
¿Por qué creen que la abuela le advierte a Tina acerca del coyote?
 
 




–Si no haces caso, Marta, te sucederá lo de la cabra atrevida –dijo la abuela Tina–. La cabra vivía en una granja. Un día fue a la montaña sin permiso –empezó a contar la abuela–, cuando estaba en la peña más alta, apareció un enorme coyote y le dijo a la cabra: “Cabra, cabrita, baja al llano llanito para platicar un poquito…”
¿Quién es Marta?
¿Qué desea hacer Marta?
¿Por qué desea hacer eso?
¿Cuál es el problema que tiene Marta?
¿Qué hizo la abuela Tina para ayudar a Marta?
¿Qué hace la abuela para que la niña le entienda?
 

Y la abuela siguió contando la historia de la cabra:
–        “¡No bajaré!”, contestó la cabra. “¡Que me vienes a comer!” “Yo no me comeré a la cabra cabrita en el mes de junio, que es tan bonito”,respondió el coyote.